¡Misteriosos y mágicos cupcakes de banana!
Han dicho que estos cupcakes tienen algo que los hace adictivos... Podría ser magia. Pero creo que, en realidad, el secreto es una buena receta. ¿Listos para descubrirla?
Tiempo de preparación: 45 minutos
Ingredientes:
- 3/4 taza de aceite
- 180 gramos de azúcar común blanca
- 2 huevos
- 200 gramos de harina refinada 0000
- 1 cucharadita de jengibre en polvo
- 1/2 cucharadita de nuez moscada
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- 2 bananas
- 1 cucharadita de bicarbonato de sodio
Preparación:
Para empezar, vamos a convertir las bananas en un puré bien pisado, y lo reservamos.
Aparte, colocamos en un bol el aceite y el azúcar y los mezclamos hasta que se unan. Al instante echamos un huevo, lo incorporamos a la mezcla con movimientos suaves y añadimos el otro de la misma forma.
Lo siguiente es ponerle sabor a la mezcla: aquí es el momento de agregar la esencia de vainilla, el jengibre, nuez moscada y el puré de banana que habíamos reservado. De manera opcional se puede agregar una cucharada de miel o mermelada del sabor que prefieras; esto le dará una nota más peculiar de sabor y consistencia a la masa.
Y ahora, la entrada triunfal de la harina: primero la mezclamos con el bicarbonato de sodio y luego la agregamos a la mezcla.
¿Qué es lo que falta? Mezclar todo y batir... Yo prefiero hacerlo a mano para controlar bien el movimiento y que la mezcla adquiera el aire necesario para que los cupcakes salgan esponjosos, pero también pueden utilizar batidora eléctrica. Este proceso puede llevar de cinco a diez minutos, dependiendo la intensidad con que batan. Si la mezcla parece demasiado sólida, es necesario agregar un chorrito de leche para suavizarla y poder batirla.
Encender el horno: podés aprovechar este momento para que vaya tomando temperatura. Lo ideal es que llegue a los 200 grados antes que coloques los cupcakes.
En una bandeja de tamaño adecuado, poné los pirotines de papel y rellenalos en 2/3 con la mezcla.
Después, llevalos al horno y esperá al menos cinco minutos antes de ver cómo va la cocción (principalmente, para inspeccionar que no se hayan volcado ni nada raro). Después de otros cinco minutos, más o menos, podés probar si ya están listos ingresando un palillo seco dentro de un cupcake. Si sale limpio, es porque ya es hora de sacar la bandeja del horno.